No hace mucho leí a Pau Gasol que decía que aquellas personas que se obsesionan son los que no se dan por vencido en algo. Más exactamente:
«La obsesión es necesaria para llegar a la genialidad. Cuando el resto tira la toalla, tú no»
Esto tiene ventajas e inconvenientes, porque si hay algo que hace que tu mente no descanse sobre un tema tienes que educarla mucho. Tienes que decirle hasta que integre y entienda que el mundo no es como tu quieres. Que el mundo es multifactorial y que de ti dependen algunas decisiones y otras van al entorno o a personas diferentes a ti. Y sobre todo que eres un ser humano, con finitas capacidades aunque extraordinarias y con unas necesidades a cubrir.
La personalidad tipo A es un patrón de comportamiento y de pensamiento fruto de la investigación de dos cardiólogos en los años 50, Meyer Friedman y Ray Rosenman. Estudiaron la relación entre estrés y enfermedades cardiacas y observaron que algunos de sus pacientes tenían ciertos rasgos comunes en su comportamiento, que denominaron “personalidad tipo A”.
Esta personalidad tipo A está caracterizada por la impaciencia, la sensación de urgencia, la competitividad, la hostilidad, la tensión emocional y la necesidad constante de lograr metas y objetivos a corto plazo. Características reflejadas en la herramienta del mapa del estrés con la que trabajo como Coach.
Las personas con personalidad tipo A suelen ser muy activas, trabajadoras y comprometidas, pero también pueden ser propensas a la ansiedad, el estrés y el agotamiento emocional si no aprenden a manejar adecuadamente sus emociones y su ocupado estilo de vida. Pueden acaban en estrés crónico o incluso en #burnout.
Además una de las conclusiones del estudio es que este tipo de personas tienen un 50% más de probabilidades de sufrir un infarto antes de los 70 años.
Es una lucha con ellos mismos, con los demás, con las circunstancias incluso con la vida misma. Eso sí, un soplo de esperanza, se suele manifestar en entornos hostiles, en entornos tranquilos es posible que no se manifieste.
Yo soy Tipo A, (no me gustan las etiquetas porque las siento en ocasiones estáticas pero este tipo de clasificaciones nos ayudan a identificar comportamientos para poder trabajarlos) y eso junto a mi frenética anterior carrera laboral en banca con cambios constantes y 3 fusiones bancarias fue caldo de cultivo para mi estrés crónico. Me he trabajado mucho el sentido de urgencia, la sensación de tener o no tiempo y de querer hacer todo ya y “perfecto”. No soy sólo yo, se estima que el 50% de la población tiene rasgos de personalidad tipo A, el otro 40% personalidad tipo B ( tiene que ver más con todo aquello que no es tipo A) y el 10% restante está entre ambas personalidades.
Los principales 4 rasgos de la personalidad tipo A son:
- Sensación de urgencia o “la enfermedad de la prisa”: es el más significativo, siempre se están esforzando en demasiadas cosas en un tiempo concreto. La urgencia es enemiga de la creatividad.
- La búsqueda del número: Para ellos el número es el símbolo de valor o de progreso. El dinero, las cifras, las métricas, los objetivos son mediad de su éxito y progreso y cuando los números no dan acecha el estrés.
- Inseguridad: A primera vista son personas que aparentan seguridad y además no suelen pedir ayuda. Su valor lo medían en logros y en lo que los demás esperan de ellos. Lo que hace estar en una búsqueda constante y creen que son juzgados continuamente. Tienen la sensación de nunca conseguir aquello que quieren.
- Agresividad y hostilidad: No es que sean agresivos sino que hay una acumulación de sentimientos y emociones que suelen salir cuando no toca, sobre todo con personas con las que tienen más confianza. Puede aparecer en forma de desacuerdos, discusiones o cinismo.
Hay 13 items que se marcaron para definir quiénes tienen personalidad tipo A. Si estás interesado en saber si eres Tipo A, escríbeme por privado y te mandaré el cuestionario.
Unos TIPS importantes para paliar sus efectos sería:
- Practica el aquí y ahora, presta atención a lo que estás haciendo, si te cuesta y estás por ejemplo en la oficina, ve al baño y céntrate en tu respiración 5 minutos antes de volver, sólo concéntrate en ella. El mindfulnes y la meditación es una gran ayuda para paliar esa sensación de prisa. Sólo tenemos un día a la vez, Vívelo.
- Busca descansos, encuentra aquello que te relaje. Agenda espacios para ello en tu agenda y ponte rutinas de esa actividad que te guste.
- Píllate cuando crees que un número es importante para la valía de alguien o de ti mismo. Que alguien tenga más o menos seguidores, el salario que ganas y otras cuestiones numéricas. ¿De verdad son definición única de éxito?¿Que hay de los valores de esa persona? ¿Qué hay detrás de esos números?
- Cuida tu autoestima y conócete en profundidad. Tu valía no está en lo que hacer, está en Ser. Imagina un bebé ¿No es valiosísimo por el simple hecho de ser?
- Se consciente de que los demás también están atravesando sus propias batallas, se amable y canaliza tus emociones antes de volcarlas en otra persona. Haz deporte, lee libros sobre el tema o realiza formaciones sobre desarrollo personal o trabaja directamente con un coach, terapeuta u otro profesional.
Espero te sirva y te ayude, a mi me ayuda entender este tipo de estudios y saber que no somos los únicos que nos sentimos en ocasiones abrumados y lo mejor es que se puede trabajar, cambiar y mejorar.
Feliz No urgente día 🙂