El burnout, también denominado síndrome del trabajador quemado, es un trastorno emocional que está vinculado con el ámbito laboral, el estrés causado por el trabajo y el estilo de vida del empleado. Se denomina síndrome por su naturaleza de proceso, es decir, no tiene como fuente un estrés puntual o un estrés agudo sino que aparece tras mantener un estado de estrés crónico durante un largo periodo de tiempo.
Este periodo de tiempo depende de la persona y del desgaste psicológico y físico al que su cuerpo y mente se ve sometido. Si entendemos el estrés como un sobre esfuerzo del organismo por adaptarse a una situación, cuando éste lleva periodos prolongados de tiempo agota sus recursos y deja de atender correctamente funciones largoplacistas. Son 3 ejes los más afectados: Sistema nervioso, endocrino y sistema inmune. Por lo tanto este síndrome puede tener consecuencias muy graves, derivando en enfermedades físicas y/o mentales, e incluso pudiendo acabar en muerte.
Los síntomas más comunes son depresión y ansiedad, motivos de la gran mayoría de las bajas laborales. El síndrome de burnout suele aparecer, en la mayoría de los casos, en las personas que han elegido su oficio de manera vocacional (es más frecuente en profesiones de orientación al cliente o paciente, como son las de atención al público y muy común del ámbito sanitario y educacional).
Aunque al principio las manifestaciones y el malestar sólo se extienden a la vida laboral, finalmente también llegan a alcanzar, en casi todas las situaciones, la vida social y familiar del trabajador afectado. Es un proceso multifactorial que acaba impregnando todas las áreas de nuestras vidas, incluyendo social, familiar e incluso la misma relación con nosotros mismos (autoestima y realización personal).
Causas
El principal detonante del síndrome de burnout es el entorno laboral y las condiciones de trabajo, siendo muestra de ello el reconocimiento por parte de la OMS del Burnout como enfermedad laboral en 2022. El empleado que está expuesto de manera continua a, entre otros, altos niveles de estrés, carga de trabajo excesivo, poca autonomía, malas relaciones en el trabajo y ausencia de apoyo en su entorno, falta de formación para desempeñar las tareas, etc., puede llegar a padecer un estrés crónico que acabe provocando el burnout. Por ese motivo, el vínculo entre el estrés y el burnout es muy fuerte.
Las causas suelen ser exigencias excesivas que originan tensiones. Sin embargo, existen una serie de factores de riesgo:
- La organización
Situaciones como el exceso de burocratización sin apoyo específico, falta de tiempo para organizar las tareas (que llevan a que el trabajador nunca salga a su hora y tenga que llevarse trabajo a casa), no crear un entorno tolerante al error, la falta de coherencia en #valores organizacionales, así como no contemplar las sustituciones por bajas temporales pueden elevar los niveles de estrés y, a la larga, propiciar el burnout. - Expectativas interpersonales
Todos los trabajadores tienen unas expectativas respecto a su actividad laboral que muchas veces no se ajustan a la realidad cotidiana y provocan que la adaptación a esa realidad se produzca de forma más lenta. En ocasiones el estrés laboral es definido como las diferencias entre las expectativas del trabajador y la realidad de las demandas de su trabajo. Si esas expectativas son muy altas y no se cumplen, es decir, si ese GAP es grande, el trabajador puede desarrollar signos y síntomas que le lleven al estrés crónico y/o burnout. - Cualidades personales
Aunque no existe un perfil de la persona que puede padecer esta afección, sí existen algunas cualidades y rasgos personales que si los tiene una persona
indica que ese trabajador es más propenso a tener el síndrome. Así, las personas conformistas, inseguras y dependientes tienen más posibilidades
de sufrir depresión y ansiedad si tienen que enfrentarse a situaciones estresantes. Además estudios como el de la personalidad Tipo A de los cardiólogos Meyer Friedman y Ray Rosenman con concluyen que hay personalidades más propensas al estrés, las cardiopatías e incluso a altos niveles de presión arterial.
Sígnos y síntomas
Son 3 áreas las definidas para el reconocimiento del Burnout: Despersonalización, agotamiento y realización personal (más info aquí). Aunque con mayor practicidad se puede decir que las principales manifestaciones de este síndrome son:
- Sentimiento de agotamiento, fracaso e impotencia.
- Agotamiento emocional.
- Baja autoestima.
- Poca realización personal.
- Estado permanente de nerviosismo.
- Dificultad para concentrarse.
- Comportamientos agresivos.
- Dolor de cabeza.
- Taquicardia.
- Problemas en la piel.
- Insomnio.
- Bajo rendimiento.
- Absentismo laboral.
- Aburrimiento.
- Impaciencia e irritabilidad.
- Comunicación deficiente.
- Insensibilidad hacia otros o despersonalización.
Prevención
La prevención del síndrome del trabajador quemado debe comenzar en la empresa del empleado y acabar con el autoconocimiento por parte del empleado. En mi opinión es una responsabilidad compartida, siendo el entorno una parte importante del proceso.
La primera medida que deben tomar es evaluar las situaciones que generan el estrés en el trabajador y tomar las decisiones y las medidas adecuadas para reducirlo. Para ello deben mejorar la organización y proveer de herramientas necesarias para que el trabajador pueda realizar sus tareas de forma adecuada y no tenga tanta sobrecarga laboral. Además, el trabajador puede adquirir una actitud asertiva, estableciendo una relación comunicacional, sin discutir, ni someterse a la voluntad del resto de compañeros y defendiendo sus convicciones.
Por otro lado, es recomendable que los trabajadores aúnen las expectativas que tienen en el trabajo con la realidad, para ello se necesitan procesos de autoconocimiento de talentos, fortaleza, tipos de personalidad y otras herramientas. A la vez que ser capaz de conversar sobre qué se podría hacer para mantener mejores estados en el trabajo. En los últimos años han cambiado las preferencias de los trabajadores, anteriormente por ejemplo en los estudios del Foro económico mundial sobre “Po qué dejan los empleados su trabajo” la principal razón era salarial, actualmente se habla de aprender y contribuir. Los seres humanos queremos sentirnos útiles en el trabajo.
No se trata de renunciar a nuestras ambiciones y aspiraciones, en ocasiones se trata de un cambio de entorno, actitud, rol o profesión. Debe buscar un punto intermedio que se ajuste más a la realidad y ver la situación como una oportunidad para aprender y crecer en otros ámbitos.
Conocerte profundamente, qué es importante para ti y tus fortalezas, es un primer paso para encontrar dónde contribuir sin desgastar tu salud.
Si estás pasando por ello en estos momentos te envío fuerza y estoy a tu disposición para acompañarte o resolver tus dudas. La recuperación de un burnout es un proceso arduo que requiere de nuevos recursos mientras se encuentra además física y psicológicamente desgastado. Son dos (o más) las disciplinas necesarias para la ayuda o acompañamiento como la psicología (y/o psiquiatría en el caso de tener que recibir medicación) y el coaching para trazar un plan y hacer cambios estructurales para volver al trabajo o a la “normalidad” requerida en cada caso con expectativas renovadas y claridad.
Estupendo día.
PD: Libro recomendado sobre el Burnout
*Fuente: Zinquo y Lidia Moma