Definición del estrés
El estrés es un mecanismo fisiológico individual de defensa que nuestro organismo desarrolla ante situaciones extrañas, con la finalidad de adaptarse a un cambio, ya sea positivo o negativo.
Si profundizamos un poco, existen 3 formas de definir el estrés según el punto de vista:
- Desde el punto de vista del estímulo, el estrés es la fuerza que actúa sobre nosotros y nos provoca una respuesta de tensión.
- En función de la respuesta, el estrés es la respuesta fisiológica o psicológica que presenta nuestro organismo ante un estímulo ambiental.
- Finalmente, desde el punto de vista estímulo-respuesta, el estrés es la consecuencia de la interacción entre los estímulos ambientales y nuestra respuesta individual como personas.
Cómo se produce el estrés
Cuando nuestro cuerpo reacciona ante un estímulo estresante, lo hace a través de 3 fases:
- Fase 1 – Alarma: nuestro organismo libera las hormonas estresantes típicas de la fase de lucha o huída.
- Fase 2 – Resistencia: la liberación de hormonas afecta a nuestro sistema inmunitario.
- Fase 3 – Agotamiento: cuando el estímulo estresante persiste, nuestra salud general se ve afectada.
Ante la presencia de un estímulo, nuestro organismo reacciona con una respuesta inespecífica. Esa respuesta es diferente en función de cada persona, aunque se trate de un mismo estímulo, y está relacionada con el propio entorno de la persona.
En consecuencia, la repercusión física o psicológica del estímulo estresante será diferente en cada individuo.
Desde una perspectiva evolucionista, el estrés es el mecanismo de defensa más sofisticado que tiene nuestro cuerpo, porque prepara al organismo para afrontar una situación con peligros potenciales.
Nuestros antepasados corrían muchos peligros de forma constante y, ante una situación de ese tipo, la persona reaccionaba de manera inmediata, ya fuera atacando/luchando o huyendo.
Podemos decir que en la actualidad los seres humanos estamos en constante lucha por sobrevivir y adaptarnos al entorno en el que vivimos. La capacidad de supervivencia del ser humano pasa por mostrar esa respuesta de lucha o fuga, que nos ha quedado como herencia de nuestras sociedades primitivas.
“El estrés es el desgaste del cuerpo y el alma, siempre que cause daño a nuestra salud física y mental.”
Simon L. Dolan
Cómo surgió el concepto de estrés
El término estrés proviene del inglés “stress” y del ámbito de la física: el estrés son los cambios que una fuerza externa provoca sobre un determinado material.
El concepto apareció a mediados del siglo XX, pero no fue hasta la década de los 80 cuando se comenzó a prestar atención a las repercusiones del estrés en la salud y la economía de los países.
En definitiva, el estrés constituye una enfermedad progresiva derivada de la vida moderna, la evolución de la sociedad y la propia autoexigencia de las personas. En ocasiones el estrés llega a convertirse en un estilo de vida.
Según Simon L. Dolan, doctor en Gestión de Recursos Humanos y Psicología Laboral, el estrés es el resultado de la incongruencia en nuestro sistema de valores.
¿El estrés es positivo o negativo?
El concepto de estrés se asocia de forma habitual a algo que debemos evitar, ya sea un estado negativo o una experiencia perjudicial.
No obstante, el estrés también puede provocar reacciones positivas que logran que el organismo supere la adversidad y se adapte al cambio. Este tipo de estrés se denomina “eustrés”.
En el caso de que las reacciones sean negativas o perjudiciales, lo llamamos “distrés”. Esto sucede cuando se produce una activación del organismo con la finalidad de adaptarse a la situación amenazante, pero el organismo no consigue desactivarse y percibir los logros. Esta desactivación es propia de un estado de estrés perjudicial, que acaba provocando un desgaste físico y emocional.
Tipos de estrés: agudo y crónico
Podemos distinguir dos tipos de estrés en función de su duración: estrés agudo y estrés crónico.
Qué es el estrés agudo
El estrés agudo es transitorio, ya que el estímulo estresante es corto o aparece de manera intermitente.
Cuando nos enfrentamos a una situación de tensión inminente, nuestro organismo reacciona a dos niveles:
- A nivel fisiológico, nuestro sistema nervioso simpático se activa y nos pone en guardia.
- A nivel psicológico, aunque cada uno de nosotros reacciona de manera distinta, podemos observar síntomas y signos comunes: aumento de la tensión, depresión, irritabilidad, dificultad de concentración, enfermedades psicosomáticas (cefalea, hipertensión, accidentes cardiovasculares, etc.), etc.
Qué es el estrés crónico
El estrés crónico es una reacción que perdura en el tiempo, a raíz de un estímulo persistente o de la suma de varios estímulos no habituales.
En este caso, nuestro organismo no es capaz de recuperar el equilibrio previo y la tensión nos puede llegar a debilitar, provocándonos:
- Enfermedades y signos físicos: cefalea, sudoración excesiva, palpitaciones, etc.
- Alteraciones psicológicas: pesimismo, problemas de concentración, insomnio, trastornos alimenticios, disminución del deseo sexual, etc.
Además, debido a que el estrés crónico afecta a los sistemas nervioso, endocrino e inmunológico, es más probable que una persona estresada sufra una enfermedad que aquella que es capaz de gestionar su estrés.
Qué es el síndrome de burnout
El burnout es el síndrome de desgaste profesional derivado del estrés laboral, debido a su vez del entorno laboral, las condiciones de trabajo y el estilo de vida del empleado.
El síndrome del burnout tiende a aparecer en personas cuyo oficio es vocacional. En estas personas suelen ser comunes los síntomas de ansiedad y depresión, que provocan la mayor parte de las bajas laborales.
Podemos identificar 3 áreas en el síndrome del burnout:
- Etapa 1 – Agotamiento o cansancio emocional: la persona siente que no puede dar más de sí mismo a los demás.
- Etapa 2 – Despersonalización: la persona se muestra distante y fría, con actitud y respuestas negativas.
- Etapa 3 – Baja realización personal: la persona siente baja autoestima y sensación de fracaso.
Entre los principales síntomas del burnout podemos encontrar
Sentimiento de agotamiento, fracaso e impotencia Baja autoestima Poca realización personal Estado permanente de nerviosismo |
Dificultad de concentración Comportamiento agresivo Dolor de cabezaTaquicardiaInsomnio |
Bajo rendimiento Absentismo laboral Aburrimiento Impaciencia e irritabilidad Comunicación deficiente |
Es importante prevenir y tratar el síndrome del burnout, ya que sus consecuencias pueden llegar a ser graves y afectar la vida social y familiar del trabajador.
Como conclusión, podemos decir que el estrés es un fenómeno inevitable y por lo tanto debemos dirigir nuestros esfuerzos a prevenirlo y a manejarlo.
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Feliz y poco estresante día 🙂
Fuente: Zinquo
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